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Ahorrar agua en el sistema de riego

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Ahorrar agua en el sistema de riego es esencial por diversas razones, todas relacionadas con la sostenibilidad y la conservación de recursos. El agua es un recurso limitado y valioso. Ahorrar agua en el sistema de riego contribuye a la conservación de este recurso fundamental para la vida y para numerosos usos en la sociedad.

La gestión sostenible del agua es esencial para mantener los ecosistemas acuáticos y la biodiversidad. Al reducir el consumo de agua en el riego, se minimiza el impacto negativo en los cuerpos de agua locales. Además la reducción del consumo de agua en el sistema de riego puede llevar a ahorros económicos significativos. Menos agua utilizada se traduce en facturas de agua más bajas y posiblemente en menos inversiones en infraestructuras de suministro de agua.

Y lo más importante ahorrar agua durante los períodos de riego puede ayudar a conservar agua para momentos de escasez como los que estamos viviendo estos últimos meses.

Es por ello que te vamos a dar algunos consejos prácticos para mejorar y optimizar el uso del agua en tu sistema de riego de tu jardín:

Programación Eficiente:

Ajusta el temporizador del sistema de riego para que coincida con las necesidades estacionales. En verano, es posible que necesites regar más frecuentemente, mientras que en invierno podrías reducir la frecuencia.

Programa el riego temprano en la mañana o al final de la tarde cuando la evaporación es menor, evitando el riego durante las horas más calurosas del día.

Sensores de Humedad y Lluvia:

Instala sensores de humedad en el suelo para medir la cantidad de agua disponible. Estos dispositivos pueden ayudar a ajustar automáticamente la duración y frecuencia del riego según las condiciones del suelo.

Utiliza sensores de lluvia para evitar el riego innecesario cuando ya ha llovido.

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Riego por Goteo y Riego Localizado:

Considera la instalación de un sistema de riego por goteo o localizado. Estos sistemas entregan agua directamente a las raíces de las plantas, reduciendo la pérdida por evaporación y la formación de malas hierbas.

Este tipo de riego también ayuda a prevenir enfermedades, ya que el follaje se mantiene seco.

Mulching:

Aplica mantillo alrededor de las plantas para ayudar a retener la humedad en el suelo. Esto reduce la evaporación y proporciona aislamiento térmico al suelo.

El mantillo también ayuda a controlar las malas hierbas, lo que significa menos competencia por el agua.

 

Mantenimiento Regular:

Inspecciona regularmente el sistema de riego en busca de fugas, obstrucciones o malfuncionamientos. Repara cualquier problema tan pronto como sea posible para evitar el desperdicio de agua.

Limpia los filtros del sistema de riego periódicamente para asegurar un flujo de agua eficiente.

Zonificación del Riego:

Divide el jardín en zonas según las necesidades de agua de las plantas. No todas las áreas requieren la misma cantidad de riego, y la zonificación permite adaptar el suministro de agua a las demandas específicas de cada área.

Selección de Plantas Resistentes a la Sequía:

Opta por plantas que sean nativas o bien adaptadas a las condiciones climáticas de tu zona. Estas plantas tienden a ser más resistentes a la sequía y requieren menos agua.

Captación de Agua de Lluvia:

Instala un sistema de recolección de agua de lluvia para utilizarla en el riego. Esto no solo reduce el consumo de agua potable, sino que también aprovecha un recurso natural.

Ajuste de la Presión de Agua:

Ajusta la presión del sistema de riego para que sea la necesaria. Una presión excesiva puede generar un rocío que se pierde por evaporación.

Al implementar estas prácticas, no solo estarás ahorrando agua, sino también reduciendo los costes asociados con el suministro de agua y contribuyendo a la conservación del medio ambiente.

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